El Real Madrid ha puesto su velocidad de crucero y ya suma ocho victorias consecutivas. El conjunto dirigido por Chus Mateo ha dejado de lado su conato de crisis de hace un mes y ahora sólo sabe ganar y disfrutar sobre la cancha. Lo de disfrutar queda para el equipo y también con los aficionados, que han reconectado con el equipo en gran medida, gracias a la inspiración de Dzanan Musa, quien volvió a ser el líder madridista en el triunfo (79-62) dominical ante Valencia Basket, en partido correspondiente a la jornada 10 de la Liga Endesa.
La defensa, sublime durante el primer cuarto y de notable alto a partir de ahí, y la circulación de balón marcaron la diferencia en un encuentro al que el Madrid llegó como favorito y supo gestionar esta condición sin que ninguno de los capos de la rotación tuviera que pegarse una minutada en pista. Musa fue el francotirador, Hezonja y Poirier volaron para hacer las delicias del aficionado, Deck, a su manera, no se baja de los destacados y fue una navaja multiusos para completar una nueva función destacada del equipo de moda en Europa.
Musa estuvo inspiradísimo en el triple, hasta anotar sus seis primeros lanzamientos desde la larga distancia, cada cual más complicado y estético, y desde ahí pasó a adornar la estadística mientras hacía las delicias del respetable y dotaba a su equipo de una distancia que un mermado Valencia Basket no pudo ya remontar. Los taronja sí respondieron al primer arreón del Madrid, en un primer cuarto en el que los blancos pusieron la muralla y dejaron a su rival en sólo siete puntos anotados. La relajación en el segundo cuarto afectó al Real, viendo como Valencia dejaba al descanso la desventaja en sólo cinco puntos, con un 32-27 como luminoso de un partido menos apagado de lo que se podía leer en la estadística.
Chus Mateo tenía como prioridad ir dando minutos a todos sus efectivos y así fueron entrando Williams-Goss, Abalde, Llull y el Chacho en la dirección, Ndiaye y Cornelie para apoyar a la pareja de ‘5’, y Hezonja tomando protagonismo junto a los indiscutibles Deck y Musa en las alas. El Madrid era notablemente sobre el parqué, pero los arreones de coraje de Valencia amagaban con darle vida al partido, hasta que Musa dijo basta.
El bosnio fue el elemento diferencial y lideró el despegue de la nave blanca hasta colocar una ventaja máxima de 22 puntos que sería reducida mínimamente en los últimos minutos, aunque sin evitar la octava victoria consecutiva de un Madrid que ha pasado de estar en crisis a ir en moto y al que, se confirma, la mejor versión de Dzanan Musa le hace más divertido y, lo que es aún más importante, mucho más competitivo.